Maestro y discípulo

Un discípulo es un grano de arena en la playa, y el Maestro es el inmenso océano con profundidades para todos desconocidas. Esa es la distancia.

Ese grano de arena es bañado y tocado por las olas provenientes de este mar, con la frecuencia que el océano sabe debe hacerlo, y llega hacia él con lo que él puede comprender y tomar. Un Maestro jamás va a transmitir a un discípulo lo que el discípulo no está en condiciones de aprender.