¿Debemos eliminar nuestro ego? ¿Cómo lograrlo?

El camino para eliminar un ego es muy largo. Es un camino de aprendizaje en el cual uno va entendiendo y tomando conciencia, de a poco, de su origen. 

Habría que pensar por qué hoy quiero eliminar un ego. Si es porque entiendo que viviendo en mí me ocasiona daño y me lleva a ocasionar daño a otros el que me esté susurrando al oído hacer según su voluntad. Para poder llegar a esto, estoy recorriendo una parte de ese camino de conciencia y entendimiento. Pero tengo que continuar avanzando para seguir entendiendo qué es lo que motiva a hacer lo que hace, ya que le he dado vida y sustento, y le he proporcionado morada en mi interior. 

Ese ego es nuestro hijo, nosotros le dimos vida y hoy queremos quitársela, pero quitarle la vida no es solo eliminarlo. En primer lugar debe haber comprensión, porque si lo matamos sin comprender, somos criminales. La comprensión y el entendimiento lo van llevando a una muerte natural en donde es el propio amor el que le pone fin a su existencia, porque es el amor quien ocupa el lugar que el ego está ocupando ahora. 

El ego se combate con amor. 

¿Cómo puede tener más fuerza ese amor? ¿Cómo puedo encontrar la fuerza de amor suficiente para poder enfrentar al ego? Esforzándome a través de las buenas acciones. Estando atento a expresarme amorosamente en las situaciones o momentos en los que el ego suele manifestarse con libertad, arruinando relaciones y la vida de las personas que lo padecen. 

Hay personas que conviven con el ego y no lo ven como tal, no lo ven como un enemigo ni como algo ajeno a ellos sino que lo aceptan como parte de su vida y de su personalidad. El ego está agregado a la personalidad, no es parte de ella. Para que desaparezca de nuestra personalidad es el amor el que tiene que prevalecer, el que tiene que ser fuerte, al que hay que apoyar y sostener con atención. Es siempre en nombre del amor que hay que avanzar sobre el ego. 

Para ir debilitándolo, hay que dejar de darle alimento y es por eso que hay que estudiarlo. Puede que se haya visto algún ego en particular con más claridad, que afecta más que otros y por eso se destaca y distingue por sobre los otros. Hay algunas acciones en particular que ese ego lleva adelante y me dañan. Siempre estamos viendo una parte, pero hay que ver más allá de lo que es evidente. Cuanta más atención le prestemos, empezaremos a ver otro tipo de detalles. 

Estamos en una escuela, en la escuela hay aulas

Tenemos que estar dentro del aula, dentro de ella está el maestro o la vida dando enseñanzas. Allí estamos callados y el maestro nos está dando una lección. La vida nos da muchas lecciones, parece que nos da más que el maestro porque lo está haciendo constantemente. Hay que estar atentos a la vida como maestro que nos da lecciones a través de cada situación. Pero no porque esa enseñanza viene de afuera, sino por cómo nosotros la interpretamos y vivimos. Entonces, no es sólo lo que viene de afuera, sino que también todo lo que se ve afectado en mi interior por lo que sucede allí. 

La persona que está obrando injustamente me lleva a reaccionar y puede sacarme de mi centro. Yo no puedo trabajar sobre lo que hace la otra persona, pero sí tengo que hacerlo sobre mi reacción, porque el ego está allí, en mi reacción. Y reacciono porque me molestan las injusticias, porque no tengo tolerancia. Por muchos motivos puedo reaccionar. Puede ser por alguno de ellos o por todos juntos, cada uno lo tendrá que analizar. 

Cuando veo y detecto al ego, tengo que empezar a estudiarlo. Así, de alguna manera, las cosas se revierten. Ya no está haciendo lo que quiere en la oscuridad sin que nadie lo controle, lo observe o lo cuestione poniéndole límites. Sino que ahora me muestro como quien le da vida, le expreso que está viviendo en mí, que lo estoy observando y estudiando. Entonces, él se sabe observado. Esto tiene como fin el aprender, estoy aprendiendo qué puede tener de bueno, si lo tiene, y qué puede tener de malo.

Las lecciones que da la vida son para conocer nuestro universo interior

Muchas veces hacemos cosas a través del ego que pensamos que son buenas porque nos hacen bien a nosotros, pero no son buenas para el conjunto. Si quiero quitar esto de mi vida tengo que entenderlo ya que estoy dentro de la escuela para aprender. Las lecciones que me da la vida son para que pueda entenderme mejor a mí mismo y entonces conocer mi universo interior. 

Cada ego se maneja dentro de un mundo, de un universo, de una realidad que ha ido construyendo, pero al fin y al cabo son nuestros hijos. ¿Podemos imaginar o pensar lo que significa tener que eliminar a un ego? El ego es nuestro hijo, tener que eliminarlo implica verdaderamente una conciencia muy fuerte y desarrollada, y una gran voluntad y entendimiento para llegar a hacerlo porque si no, duele. Estamos yendo en contra de nuestro hijo y esto nos hace sentir mal, nos hace pensar que somos desamorados. 

No es sencillo imaginar ese proceso interno. Tuve la experiencia de vivirlo en mundos concretos en donde el ego tiene forma, y lo pude enfrentar y combatir. Es estar ante un hijo deforme, que si llegaran a verlo se asustarían. Su forma, su olor, es todo muy desagradable, esas presencias mueven mucho a la desarmonía, genera una sensación de impotencia tener que vivir con todo esto. Pero para llegar a matar un ego hay que concientizarse de todo ese mundo y del ambiente que se creó alrededor de él. 

El ego puede traernos satisfacciones

Detectamos cosas que están mal y por eso queremos eliminarlas. Pero hay otras que también están mal y no las vemos como tal porque en determinado momento el ego nos puede traer satisfacción a través de ellas. Muchas veces lo que nos satisface no lo entendemos como algo malo, pero son terreno del ego y no benefician al todo. Para poder llegar a combatirlo o eliminarlo tenemos que aprender todas las lecciones que tiene para darnos.

Cuando hemos aprendido la lección que el ego tiene para darnos, su vida ya no tiene sentido en nosotros. Pudimos extraer luz y conocimiento, y así nos fuimos iluminando y aprendiendo.